Proyecto



Proyecto Político-Pedagógico


Introducción

El proyecto del Bachillerato Popular de Jóvenes y Adultos “19 de diciembre” comenzó a implementarse en el año 2006 por parte de la Cooperativa de Educadores e Investigadores Populares (CEIP) a partir de la propuesta de la Cooperativa de Trabajo 19 de diciembre de abrir un espacio educativo destinado a los trabajadores de la cooperativa y al barrio.

La primera etapa del proyecto comprendió la confección del mapa social del espacio donde se insertan la cooperativa y la escuela. El diseño del mapa social, que contó con un relevamiento de instituciones escolares, por niveles y modalidades, espacios educativos no formales, características del barrio en tanto tipos de vivienda, organizaciones sociales y políticas, mostró que no existía en el barrio una propuesta educativa como la que proponía la Cooperativa 19 de diciembre y la Cooperativa de Educadores e Investigadores Populares. Posteriormente, cuando el bachillerato comenzó a funcionar, se comprendió la importancia de realizar un estudio de las trayectorias escolares de los estudiantes 

El Bachillerato Popular de Jóvenes y Adultos “19 de diciembre” como espacio social y educativo busca  promover una formación integral que sintetice los saberes académicos, sociales, del trabajo y de lucha con los valores del cooperativismo y la autogestión.  Asumiendo la no neutralidad de la educación, este proyecto político pedagógico busca construir poder popular para la transformación social a través de la apropiación y la resignificación de los saberes hegemónicos.

Consideramos a la escuela como una organización social, donde los diferentes espacios de decisión colectiva y participación son fundamentales para la formación de los estudiantes y los educadores. Desde esta concepción de escuela, entendemos que es fundamental trascender los límites de la institución para plantear acciones que comprendan al barrio, a fin de afianzar la construcción de poder popular.

Nuestra experiencia educativa y política se enmarca en un proceso histórico más amplio de los movimientos sociales en nuestro continente:

“En la Argentina y como respuesta a la crisis económica y al retroceso del Estado en política social fueron creciendo iniciativas educativas de carácter autogestivo en el terreno de los movimientos sociales. La expresión de esta reacción fue llevada a cabo por movimientos de desocupados, organizaciones de trabajadores que recuperaron sus fábricas y un amplio abanico de organizaciones territoriales. Poco a poco se plantearon la necesidad de ‘tomar la educación en sus manos’ creando escuelas populares y espacios educativos”[1].

El Bachillerato Popular 19 de diciembre es responsabilidad de la Cooperativa de educadores e investigadores populares[2] y se desarrolla en el marco de la Coordinadora de Bachilleratos Populares en Lucha que logró la oficialización de 15 bachilleratos populares y actualmente lleva adelante la lucha por los salarios docentes y las becas estudiantiles 

La Cooperativa de Educadores e Investigadores Populares forma parte de la Coordinadora Nacional de Trabajadores Autogestionados (CONTA) en la cual además participan empresas recuperadas (MNER), cooperativas independientes y Anta/CTA. Asimismo, desarrolla junto al MNER la construcción de un espacio de coordinación y articulación de movimientos sociales, en los que se destaca la activa participación del Frente Popular Darío Santillán, Agrupaciones de Derechos humanos y organizaciones estudiantiles. Desde estos espacios y como trabajadores autogestionados se reclama que el Estado cumpla con su deber en tanto garante del derecho a la educación y del trabajo.

Es en este sentido que desde la Cooperativa de Educadores e Investigadores Populares nos consideramos trabajadores de la educación y luchamos, con el conjunto de los docentes  por mejores condiciones de trabajo y por una educación para todos.

Es así que “la lucha de los profesores en defensa de sus derechos y de su dignidad debe ser entendida como un momento importante de su práctica docente, en cuanto práctica ética. No es algo externo a la actividad docente sino algo intrínseco a ella”.[3]

Considerarnos como trabajadores de la educación implica reconocer al sindicato como la histórica herramienta de lucha que logró llevar adelante las reivindicaciones del sector en defensa de la escuela pública y por los derechos de los trabajadores de la educación.[4]


La situación de la educación de jóvenes y adultos y el surgimiento de los bachilleratos populares

El proceso de reestructuración por que el que atravesó el Estado en los años ’90  tuvo grandes consecuencias en el sistema educativo. La descentralización administrativa y el consecuente traspaso de la responsabilidad de la educación a los niveles provinciales y municipales son algunas de las consecuencias de las reformas introducidas por la Ley Federal de Educación que, apoyada en un discurso privatista y en una  lógica mercantil, enfatizó la necesidad de  la transferencia  de servicios educativos.

 Particularmente, en el nivel de educación para jóvenes y adultos la reforma educativa se tradujo en el cierre de servicios y, en Provincia, en la disolución de la conducción y supervisión específicas del sector: la introducción de la educación para jóvenes y adultos dentro de los  “ Regímenes especiales”  a partir de la Ley Federal de educación implicó la separación de este sector del Sistema Educativo Nacional y evidenció el desinterés por la especificidad de los jóvenes  y adultos como  sujetos pedagógicos. Como analizan Sverdlick y Costas, “la reestructuración de la educación escolar de jóvenes y adultos no se llevó a cabo en función de problemas diagnosticados y objetivos específicos, sino siguiendo las pautas incorporadas previamente en el resto del sistema.”[5] 

Diferentes investigaciones realizadas en la Capital y en la provincia de Buenos Aires demuestran el creciente número de exclusión y deserción escolar. Según investigaciones realizadas en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y provincia de Buenos Aires (Llosa, Sirvent, 1999), los niveles de exclusión social o deserción escolar, aumentaron de modo progresivo en la última década. Así por ejemplo, la población potencial de los bachilleratos de jóvenes y adultos pertenece en su mayoría a los sectores sociales de menores ingresos, con altos niveles de insatisfacción de las necesidades básicas. Esta amplia franja social se encuentra en una situación de riesgo educativo, significando con ello, que es un conjunto de la población con fuertes posibilidades de quedar marginados de la vida social y económica y por lo tanto, de situarse fuera de todo proceso de formación educativa.

Frente a esta situación de injusticia social es que muchas organizaciones sociales comienzan a tomar la educación en sus manos considerando que  “(…) el nivel de riesgo educativo no implica un supuesto determinista, por el contrario es un concepto para denunciar, una cuestión política y de estructura de poder que podría ser modificada.”

Para nosotros pensar en una propuesta para la educación de jóvenes y adultos supone pensar e instrumentar un diseño curricular que atienda la particular situación social de los excluidos del sistema, revisando desde la organización escolar hasta los criterios de formación curricular.

Los objetivos curriculares de los bachilleratos populares están sustentados en la necesidad de  ¨constituir un espacio escolar conforme a los principios de la educación popular principalmente en lo ateniente a lograr que los estudiantes y docentes formen parte de un ámbito social cooperativo, crítico y autogestivo[6] Así, se busca lograr que los jóvenes y adultos superen las demandas cotidianas y pragmáticas que surgen como resultado de  los objetivos utilitarios propios de las perspectivas liberales y que, en su lugar, profundicen en la  ¨necesidad de formarse como sujetos concientes de la existencia de una sociedad desigual y capaces de realizar elecciones que tengan un sentido transformador de ella¨. Sostenemos que la desnaturalización de las relaciones de opresión existentes y los procesos que las formaron permite a los sujetos, reconocerse dentro del conflicto social y llevar adelante los procesos de cambio a partir de la acción. Es preciso para ello asumirse, tanto educadores como estudiantes, como sujetos dentro de un proceso de construcción colectiva de conocimiento en donde la formación es un proceso y no un acto de transferencia.


La escuela pública popular
 
  En el contexto de exclusión y desigualdad social la mayoría de las propuestas desde el Estado en políticas públicas apuntan a soluciones técnicas y desarticuladas que no dan cuenta de la especificidad del sujeto joven-adulto.

La negación de la educación como derecho social experimentada en nuestra sociedad actual nos lleva a plantearnos una alternativa socioeducativa que pretenda ir más allá de una simple reelaboración de los formatos excluyentes y que, por el contrario,  promueva ¨la incorporación de los estudiantes en estas escuelas, reapropiándose de los espacios y desarrollando propuestas de formación educativa integral y de calidad, orientada a converger con el conjunto de necesidades individuales y colectivas de los sujetos sociales participantes¨.[7]

Construir una alternativa político pedagógica implica reconocer la educación como un campo de disputa donde es posible la construcción de poder popular. En este sentido nuestra propuesta no implica alternativizar la escuela pública ni generar espacios por fuera del sistema público, sino crear una “escuela pública popular“ que transforme lo público en popular democratizando el derecho a la educación y reclamando al Estado su responsabilidad en garantizar ese derecho.

Los bachilleratos populares en este sentido denunciamos la transferencia de recursos públicos al sostenimiento de escuelas privadas: “la escuela privada de carácter puramente empresarial, gobernada por la lógica del lucro, en una sociedad verdaderamente democrática debe desaparecer, así como la escuela publica estatal que sirve únicamente para legitimar el poder de la clase dominante burguesa. Es por ello que proponemos la escuela pública popular.”[8]

La Escuela Pública Popular debe ser un espacio de construcción de poder popular, un lugar clave, como señala Gadotti para la lucha de la clase trabajadora: esta debe ser  “el lugar privilegiado donde el trabajador pueda elaborar su cultura, desarrollar sus intereses y prepararse intelectualmente para enfrentar el gran desafío de transformarse de gobernado en gobernante.”[9]

Este proyecto político pedagógico supone el principio de la autogestión como forma de organización escolar tomando así protagonismo la misma comunidad. Como señala Gadotti, “este tipo de escuela, pública, popular y democrática, sólo puede ser una conquista de la población organizada y jamás será una donación del Estado capitalista”.[10]

 Esta propuesta de construcción político pedagógica se apoya en la concepción de escuela única[11]. La escuela única no es uniforme sino por el contrario es una escuela en movimiento, un espacio de lucha que implica la construcción de una escuela crítica y creativa, que elimine la dicotomía entre los saberes hegemónicos y populares, los teóricos y los prácticos, los académicos y del trabajo, lo manual y lo intelectual. Al mismo tiempo, es una escuela en lucha por el derecho a la educación única, igual para todos, y por una educación popular, que parta del pueblo para la construcción de poder popular.


Desde una perspectiva de Educación Popular

Nuestras escuelas parten de una perspectiva de educación popular inspirada en la experiencia y el trabajo teórico de Paulo Freire.

La educación popular parte de reconocer la implicación de los sujetos educandos y educadores en su contexto histórico social y es a partir de este reconocimiento que se permite reflexionar sobre la realidad para poder transformarla. Paulo Freire concibe a los hombres  y  a las mujeres con una vocación ontológica que es la de ser sujetos que emergen de la realidad (dejando de lado su inmersión) para poder reflexionar sobre ella y transformarla. En este sentido, la educación puede ser una herramienta de búsqueda para esa vocación. Esta situación de búsqueda es permanente ya que Freire plantea a los hombres y a las mujeres  como seres inacabados. Es desde esta concepción filosófica y política que este autor critica a la educación bancaria y propone una educación problematizadora: “la concepción y la práctica bancarias terminan por desconocer a los hombres como seres históricos, en tanto que la problematizadora parte precisamente del carácter histórico y de la historicidad de los hombres. Es por esto por lo que él los reconoce como seres que están siendo como seres inacabados, inconclusos en y con una realidad que siendo histórica es también tan inacabada como ellos”.[12]

La búsqueda del ser más, pensaba Freire, no puede realizarse individualmente sino en comunión. Es solidariamente como se generan las posibilidades en la educación popular, de ser más, de problematizar la realidad, de desnaturalizar las relaciones sociales de dominación, de sintetizar saberes, de construir nuevos conocimientos.

Es por eso que la educación popular exige reconocerse como sujetos protagonistas de la historia, sujetos capaces de transformar la realidad, sujetos inacabados, para poder así emprender una búsqueda permanente y colectiva.

Es en este sentido que pensamos la educación popular como problematizadora, cuestionando la instrucción bancaria que se apoya en la transferencia de  los saberes instituidos. La educación popular promueve, por el contrario, el diálogo dinámico de los distintos tipos de saberes que conviven en las escuelas.  Dejando atrás los falsos neutralismos, pretendemos poner estos diferentes saberes a dialogar dentro del nuevo espacio de la escuela fundida a su vez en la comunidad.

Entonces pensamos que no sólo hay una escuela que reproduce relaciones sociales de dominación sino que también puede haber una escuela popular que produzca nuevas relaciones sociales, nuevos valores, conocimientos, saberes, ideas y acciones que tiendan a la transformación social.     

En esta escuela tanto educandos como educadores producen colectivamente. Como señala Mc Laren, “las escuelas son lugares de contestación y lucha. Como espacios de producción cultural, encarnan representaciones y practicas que construyen (…) las posibilidades del compromiso social entre los estudiantes.”[13]

Los educadores  no somos técnicos ni ejecutores de programas ya diseñados, sino ante todo intelectuales y políticos. Como sostiene Giroux: “Hacer lo político más pedagógico significa servirse de formas de pedagogía que encarnen intereses políticos de naturaleza liberadora; es decir, servirse de formas de pedagogía que traten a los estudiantes como sujetos críticos, hacer problemático el conocimiento, recurrir al diálogo crítico y afirmativo, y apoyar la lucha por un mundo cualitativamente mejor para todas las personas” (profesores como intelectuales)


La escuela como organización social

 “Entendemos a la escuela como una organización social. Es decir, como un ámbito de una construcción que trasciende su espacio – trascender el adentro- y que se funde en el ámbito de lo barrial y social – el afuera-; borrar los limites de la diferencia entre uno y otro espacio, donde la escuela pueda ser parte de la comunidad, concibiéndose a sí misma como campo de tensión y discusión permanente entre el afuera y el adentro. Esta noción sugiere y promueve el cambio y la apropiación, tomando distancia de la negatividad de la educación popular comprendida como adoctrinamiento o la teoría de la instrucción, en tanto configuración prescriptiva.

(…) entendemos la escuela como un lugar donde conviven distintos saberes, académicos y de lucha, científicos y de resistencia, donde esa tensión remite a la riqueza de la praxis educativa. En definitiva, una educación que promueva una relación dialógica opuesta a la educación bancaria, que pueda sintetizar saberes eruditos, locales y de lucha.

(…) entendemos a la escuela desde la Educación Popular, desde la perspectiva de la educación para la liberación, de la educación integral, de la formación y no de la Instrucción, de la educación para la apropiación y reconfiguración de saberes. La búsqueda de sujetos que puedan aprehender la totalidad de las relaciones sociales para su participación en los procesos sociales; es decir, a la formación de intelectuales que puedan ser parte intrínseca de los movimientos sociales y actuar en la resolución de los problemas colectivos.
 
(…) entendemos que organizar escuelas significa desterritorializarlas de su función social y reterritorializarla, apropiándonos de ella en tanto organización social y llevarla al campo de lo popular, con sus demandas y reivindicaciones.”

Paulo Freire planteaba que la educación popular debe ser parte de la re-invención del poder popular. Para nosotros esta afirmación implica pensar la escuela y la educación desde una nueva relación, las escuelas y las organizaciones sociales; en definitiva, las escuelas como organizaciones sociales cuestionadoras de los saberes instituidos, sin falsos neutralismos, buscando trascender los límites del afuera y del adentro escolar, y por lo tanto, desfetichizando sus fronteras y constituyéndolas como espacios en puro movimiento, acción colectiva y en permanente circulación.

La exclusión aquí no se traduce en inclusión para la contención, sino para la liberación, para el pensamiento crítico y para la incorporación de herramientas teóricas y prácticas que sirvan a la comprensión y acción acerca de los problemas del presente. Desde esta perspectiva, las escuelas son concebidas como iniciativas populares y autogestivas; pensadas como organizaciones sociales impulsadas y diseñadas según las necesidades y estrategias socioeducativas de la propia comunidad territorial y los movimientos sociales responsables de su implementación. Esta concepción no significa en absoluto la renuncia de una educación pública, popular y gratuita sino más bien incorporar a esta tradición, otras herramientas de construcción que reconozca las particularidades y experiencias de participación popular en el campo de la educación de jóvenes y adultos.
La atribución e iniciativa de los movimientos sociales para la creación de sus propias escuelas, se presenta de este modo, como una forma de fortalecer la labor e inserción de las mismas en sus comunidades, a la vez que le otorga una responsabilidad y acción directa en la autogestión de una ámbito socialmente desatendido y marginal dentro del sistema educativo formal.

Apropiarse colectivamente de la gestión de escuelas de jóvenes y adultos no significa otra cosa que penetrar en los procesos de construcción de las políticas públicas del propio sistema, desafiar sus límites y generar acciones de transferencia del poder popular hacia las mismas comunidades y sus organizaciones sociales. [14]


ORGANIZACIÓN DE LA ESCUELA: LA AUTOGESTIÓN

Como parte de la autogestión de nuestras escuelas, las instancias de discusión, comunicación y toma de decisiones están integradas tanto por profesores, estudiantes y colaboradores. Existen diversas instancias:

Plenarios de la Cooperativa de Educadores e Investigadores Populares

Comisiones de trabajo

Estas comisiones están encargadas de llevar adelante tareas específicas (administración, articulación territorial, participación sindical, comunicación, finanzas, etc.)

Reuniones de Educadores/as

Generales: en las reuniones de profesores los temas tratados son tanto políticos como pedagógicos ya que giran entorno a las estrategias educativas, a la reflexión sobre los contenidos, los criterios de trabajo, de evaluación, la asistencia y la práctica en el aula y en la escuela tanto de los docentes como de los estudiantes.

Por áreas: De acuerdo a la concepción de una formación integral en donde los saberes desde sus especificidades se relacionan e interactúan, proponemos un trabajo articulado entre materias afines organizadas en áreas disciplinares. En estos espacios se discuten y coordinan lineamientos generales de las materias partiendo de los principios pedagógicos de la educación popular y articulando programas, contenidos, planificaciones, materiales, estrategias de trabajo y evaluación. Se propone a si mismo la creación de proyectos interdisciplinarios que articulen diferentes materias  (ejemplo: Biblioteca Popular)

Por materia: reuniones de los equipos de trabajo para la planificación y la reflexión sobre las prácticas pedagógicas.

Equipos docentes de trabajo por materia

Los equipos de trabajo docente permiten desarrollar una tarea que contempla la diversidad de situaciones de los estudiantes, la singularidad de los sujetos y las particularidades del sujeto joven adulto que se encuentra escolarizado. Esta modalidad de trabajo apunta a garantizar una mayor permanencia y formación en el ciclo educativo ya que permite mejorar las condiciones del proceso de enseñanza–aprendizaje dado que los integrantes de los equipos de trabajo pueden realizar la tarea en el aula contemplando todas las dificultades y situaciones particulares de los estudiantes. 

El trabajo en equipo, a la hora de pensar los contenidos del programa y las estrategias pedagógicas a aplicar, permite una instancia de discusión y reflexión sobre la práctica que enriquece la dinámica de las clases orientadas a una educación liberadora.

“La reflexión crítica sobre la práctica se torna una exigencia de la relación Teoría-Práctica sin la cual la teoría puede convertirse en palabrería y la práctica en activismo”[15]  
                
Entre los docentes que conforman nuestros  equipos de trabajo se encuentran estudiantes avanzados y/o graduados de carreras docentes de grado universitario y terciario.  Estos docentes están realizando en forma paralela a su formación de grado, una especialización en el Equipo de Educación Popular de la CEIP. Esta especialización, no solo comprende las tareas docentes desempeñadas en los equipos de trabajo, sino también la concurrencia a cursos de formación y seminarios curriculares en diferentes facultades de la Universidad de Buenos Aires.

Por todo lo expuesto, consideramos valioso que esta estrategia educativa  sea considerada dentro de la Planta Funcional del Bachillerato Popular “19 de diciembre”, ya que la misma no solo da cuenta de las particularidades del sujeto joven-adulto que se encuentra escolarizado sino que también apunta a disminuir la deserción y el abandono escolar.


Asambleas educadores y estudiantes:

            Las decisiones dentro de los bachilleratos son tomadas a partir del debate y la discusión en las diferentes instancias de asamblea. Las asambleas  pueden ser convocadas tanto por los docentes como por los estudiantes y el temario de cada una de ellas es resuelto según las necesidades de organización y de lucha. Estas instancias materializan la práctica de la autogestión que caracteriza el proyecto de los bachilleratos populares e implican un proceso de continua reflexión, crítica y producción colectiva tanto de las propuestas pedagógicas como de las actividades que cada bachillerato encara como organización social. Las decisiones acordadas en estos espacios le imprimen el carácter a cada bachillerato a partir de la comunicación entre docentes y estudiantes.


Otras propuestas de participación/organización:

- Delegados/as rotativos/as de los cursos:

Las reuniones de delegados con docentes y coordinadores son un canal más de comunicación y participación que apunta a consolidar decisiones de la asamblea, difundir decisiones de otras instancias organizativas y reforzar la participación estudiantil y el aprendizaje de la autogestión también en cada curso.

- Centro de estudiantes:

La propuesta tiende a que los estudiantes tomen protagonismo en los procesos de organización escolar y barrial. Que tomen en sus manos iniciativas propias que puedan ponerse en discusión en la asamblea y que sean actores de sus decisiones poniendo en práctica propuestas tanto para la escuela como para el barrio.

Que el centro de estudiantes sea una forma de articulación permanente entre los tres años, para vehiculizar las propuestas que surjan en diferentes instancias de discusión.

Graduados

En el marco de concebir la escuela como organización social y de fortalecer los objetivos de generar participación social, consideramos necesario la apertura de un espacio para los graduados que implique la continuidad de prácticas de construcción cooperativas que reemplace el concepto individualista del egreso. En este sentido, los graduados podrían tomar en sus manos la articulación de la escuela con el barrio fomentando la participación y la organización estudiantil. 

Hoy en día los graduados participan en las clases de apoyo, en los talleres del centro cultural y en el armado del proyecto de alfabetización de jóvenes y adultos, conjunto con los docentes.


Orientación en COOPERATIVISMO:

 En el marco del proyecto de los bachilleratos de la CEIP y en particular de este bachillerato y teniendo en cuenta el espacio social en el cual se desarrolla (la empresa recuperada “19 de diciembre”), la materia Cooperativismo, apunta en primer instancia a desnaturalizar las relaciones sociales capitalistas, las relaciones entre capital y trabajo y el trabajo con patrón, para poder analizar las experiencias de autogestión a lo largo de la historia, demostrando en los hechos la capacidad de  los trabajadores de gestionar su propio trabajo y de darse formas de organización diferentes a las que impone el capital.

Este espacio ha sido diseñado como la materia central de la orientación desde una perspectiva según la cual es necesario comenzar a repensar las relaciones sociales de producción apuntando a la valorización del trabajo como proceso solidario de transformación de la naturaleza, a la valorización de los saberes y de la capacidad creativa y de autogestión de los trabajadores.

Apuntamos a comprender los procesos de trabajo, entendidos como “toda actividad orientada sobre la elaboración de valor, producto de un complejo mecanismo de producción y reproducción de la realidad social”[16], atendiendo no sólo al aspecto económico de sus relaciones sino también a la dimensión subjetiva del proceso, analizando la alienación[17] y el disciplinamiento[18] de los trabajadores en el marco de las relaciones sociales de trabajo capitalistas, comprendiendo la socialización capitalista como subordinación de las condiciones de vida de los trabajadores a las necesidades del capital. Buscamos comprender entonces el cooperativismo como experiencia de insubordinación de los trabajadores al capital, como resistencia a la sumisión colectiva que deviene del control del proceso de trabajo que ejerce el patrón en la fábrica. 

La insubordinación de los trabajadores al capital y las experiencias de autogestión nos enseñan los límites del capital y la capacidad de acción, creación y organización de los trabajadores, generando procesos de autovalorización[19] y resignificación y reapropiación del poder del trabajo

El objetivo es la comprensión del cooperativismo como experiencia transformadora y formativa de la clase trabajadora, con sus conflictos, debates y múltiples caminos, en el marco del sistema capitalista y del conflicto entre el capital y el trabajo.

¿Cuáles son los objetivos de este espacio?

-Que los estudiantes reconozcan en los procesos históricos y en las distintas formaciones económicas distintos procesos de autogestión.
-Que los estudiantes reconozcan la experiencia cooperativa como parte de las estrategias populares de organización en el marco del conflicto entre trabajo y capital.
-Que los estudiantes conozcan los elementos que se ponen en juego en el proceso de formación de una cooperativa.
-Que los estudiantes reconozcan las experiencias de organización popular como experiencias de formación.


ESTRUCTURA CURRICULAR:

1º año:

Área de Ciencias Sociales:
1. Historia (3hs)
2. Sociedad y Estado  (2 hs)
3. Cooperativismo (2 hs)
4. Economía (2hs)

Área de Comunicación:
1.  Lengua y Literatura (3 hs)
2.  Lenguaje complementario: Teatro del Oprimido (2 hs)
3.  Comunicación (2 hs)

Área de Ciencias Naturales y Exactas:
1. Matemática (3 hs)
2. Biología (2 hs)
3. Ciencias Básicas aplicadas a la producción (2hs)
4. Salud y Adolescencia (2hs)

Área Cultural: talleres optativos del Centro Cultural


2º año:

Área de Ciencias Sociales:
1. Historia (3hs)
2. Movimientos sociales (2 hs)
3. Cooperativismo (3 hs)
4. Economía (2hs)

Área de Comunicación:
1. Lengua y Literatura (3 hs)
2. Lenguaje complementario: Artística (4 hs)
3. Comunicación (2 hs)

Área de Ciencias Naturales y Exactas:
1. Matemática (3 hs)
2. Física (2 hs)
3. Educación para la Salud (2hs)

Área Cultural: talleres optativos del Centro Cultural


3º año:

Área de Ciencias Sociales:
1. Historia (3hs)
2. Educación Popular (3hs)
3. Cooperativismo (3hs)
4. Pensamiento Latinoamericano (2hs)
5. Relaciones del Trabajo (2hs)

Área de Comunicación:
1. Lengua y Literatura (3 hs)
2. Lenguaje complementario: Artística (4 hs)
3. Comunicación (2 hs)

Área de Ciencias Naturales y Exactas:
1. Matemática (3 hs)
2. Química (2 hs)

Área Cultural: Talleres optativos


FORMAS DE TRABAJO Y EVALUACIÓN PARA CADA AÑO Y CUATRIMESTRE

Consideramos las estrategias de trabajo y los criterios de evaluación teniendo en cuenta las diferentes etapas de aprendizaje a lo largo de los tres años de trabajo, las características del sujeto joven-adulto, las problemáticas sociales, la diversidad de edades, recorridos escolares, y experiencias de vida. 

1º año
El objetivo fundamental en el 1º año es la motivación para seguir estudiando, la apropiación del espacio escolar, la participación, la construcción de hábitos y herramientas de trabajo, teniendo en cuenta que la responsabilidad y el compromiso se construyen, que no son naturales, que lleva todo un proceso de aprendizaje, y que por eso es necesario respetar los tiempos de cada estudiante.

El trabajo se desarrolla fundamentalmente en el aula, mediante trabajos prácticos grupales o individuales que tiendan a fomentar la discusión y elaboración colectiva y personal, así como también la comprensión y sistematización de los contenidos y conceptos.

Consideramos la evaluación un proceso continuo en el cual el equipo de trabajo de los educadores a cargo de la materia, tiene en cuenta no sólo el desenvolvimiento de los estudiantes en los trabajos prácticos sino también la participación en clase, el aporte al grupo, teniendo en cuenta el punto de partida y los logros que alcanzan en el proceso.    

2º año
Entendemos el segundo año como una etapa de transición, en la cual en un primer cuatrimestre hay una continuidad de problemáticas de primer año. Por eso en la primer parte del año si bien es importante tener estrategias diferenciadas del año anterior, reforzando estrategias de trabajo que posibiliten priorizar cada vez más los contenidos y conceptos, también hay que tener en cuenta dificultades que pueden traer y que todavía no están resueltas. La asistencia y la participación son ejes centrales para trabajar y son tenidos en cuenta como parte de la evaluación. 

Se introducen en segundo año trabajos individuales y grupales presenciales y domiciliarios, monografías y coloquios en el segundo cuatrimestre.

El segundo cuatrimestre tiende a ser un puente con tercer año, con lo cual las estrategias educativas se centrarán en ejercitar la capacidad de análisis,  de sistematización de ideas, y de expresión oral y escrita. El equipo de trabajo docente  evaluará a los estudiantes  teniendo en cuenta el trabajo individual y grupal, el respeto de plazos y consignas, la participación en clase, el compromiso con la materia y con el grupo. En el segundo cuatrimestre consideramos propicio ejercitar evaluaciones presenciales escritas y orales, individuales y grupales, a carpeta abierta.

3º año
En tercer año uno de los objetivos centrales como parte de la formación integral, es la formación académica. No sólo pensando en una posible continuidad en los estudios de nivel terciario o universitario, sino también pensando en nuestros objetivos políticos y pedagógicos de apropiación de saberes hegemónicos para su resignificación y la construcción de poder popular.

Se plantearán trabajos presenciales y domiciliarios, grupales e individuales asÍ como también evaluaciones individuales que tiendan a sistematizar, conceptualizar, y desarrollar lo trabajado. La asistencia y la participación son ejes centrales como parte de la evaluación.

Para la segunda parte del año se propondrán  trabajos de investigación grupales e individuales por materia o interdisciplinarios en los cuales se  pondrán en práctica herramientas de trabajo, conocimientos académicos, ideas propias, y reflexiones colectivas para desarrollar producciones propias personales y grupales.

Asistencia

           Dado el valor que tiene, desde la educación popular, la participación y el intercambio como instancias educativas creemos en la importancia de la presencia tanto de los docentes como de los estudiantes en la escuela. Con este objetivo,  intentamos construir colectivamente hábitos de trabajo y de estudio para la construcción de un nuevo sentido colectivo de la responsabilidad y la libertad. “El gran problema al que se enfrenta el educador o educadora de opción democrática es cómo trabajar para hacer posible que la necesidad del límite sea asumida éticamente por la libertad. Cuanto más críticamente la libertad asuma el límite necesario, tanto más autoridad tendrá, éticamente hablando, para seguir luchando en su nombre.”[20] 

La asistencia es fundamental para el proyecto educativo y política ya que permite la participación y apropiación de los estudiantes de la escuela, además de posibilitar el intercambio con docentes y estudiantes en las clases. Aún así dadas las características del sujeto joven-adulto con problemáticas de distinto tipo, se propone para aquellos estudiantes que no puedan concurrir a la totalidad de la carga horaria, complementar las horas de cursada con módulos semipresenciales de trabajo elaborados por lo equipos docentes.

Clases de apoyo

  Considerando desde la Educación popular al conocimiento como ‘un acercamiento a la realidad a través de la dialéctica permanente entre teoría y práctica’[21], creemos necesario abordar este proceso desde distintos espacios y tiempos. Es por eso que se crea fuera del horario regular de clases este ámbito donde se propone problematizar, elaborar y re-elaborar contenidos trabajados tanto en la clase, como en los Módulos semi-presenciales.

No sólo se intenta el contacto con los estudiantes y entre los estudiantes como una forma de resolver las dificultades surgidas en las clases, sino que se plantea como un espacio en el que se pueda tensionar y reformular el proceso de enseñanza-aprendizaje en el que se encuentran docentes y estudiantes.

Las clases de apoyo son coordinadas tanto por docentes como por estudiantes que se comprometen durante un determinado tiempo llevar adelante esta tarea. Con esto se persiguen dos objetivos: Por un lado desnaturalizar el papel del docente como único poseedor del conocimiento, otorgando tanto a estos como a los estudiantes el rol dual de educadores/ras-educandos. Por otro lado motivar el compromiso de los estudiantes, la solidaridad  y la apropiación de conocimientos y de espacios tanto físicos como pedagógicos, ya que ’los conocimientos son significativos una vez que son apropiados y se dispone de herramientas para trasladarlos a la esfera cotidiana[22]. Estas herramientas serán construidas por los estudiantes para llevar adelante, mantener y potenciar el espacio de las clases de Apoyo.


AREA DE INVESTIGACION

Para comenzar a resolver estas problemáticas, el Equipo de Investigación de la Cooperativa de Educadores e Investigadores Populares, se plantea, entre otras cuestiones,  el estudio de las trayectorias escolares de los estudiantes que participan de estas experiencias educativas. Estas trayectorias escolares “son abordadas como movimientos migratorios dentro del sistema educativo y se ponen además en consideración los significados y sentidos otorgados a la experiencia de sí en esa trayectoria.” [24]

El estudio de estas trayectorias sumado a  la posibilidad de reflexionar acerca de ellas con el conjunto de los estudiantes y los docentes, nos lleva a pensar en la importancia de elaborar un proyecto pedagógico que dé cuenta de la diversidad, de las múltiples heterogeneidades que conforman el espacio educativo del Bachillerato Popular “19 de diciembre”.

Estos espacios de investigación, reflexión y autorreflexión, nos permiten visualizar a un sujeto que se encuentra cursando su escolaridad secundaria y que es heterogéneo en cuanto a su edad, historia escolar, condición social, posibilidades de apropiación y resignificación de los saberes.

En este sentido, desde la CEIP nos proponemos  “pensar en diseños de trabajo que contemplen la particularidad de los estudiantes que concurren a los Bachilleratos de Jóvenes y Adultos que quieren apropiarse de la posibilidad de seguir estudiando”[25]


[1] Elisalde, R. La enseñanza de la historia en bachilleratos populares. Experiencias en movimientos sociales en la Argentina. Mimeo
[2] También son responsabilidad de la CEIP : como el Bachillerato de educación popular IMPA, el Bachillerato Maderera Córdoba, el Bachillerato Popular Chilavert , el Bachillerato Las Palmeras y el Bachillerato Paulo Freire
[3] Pág. 65. Paulo Freire, Pedagogía de la Autonomía
[4] Declaración de UTE (Buenos Aires 23 de febrero de 2009)   “Los Bachilleratos populares en movimientos sociales – empresas recuperadas y organizaciones territoriales - han surgido como expresión de las necesidades de nuestro pueblo y en oposición a las políticas neoliberales de los años ’90. Han reivindicado desde sus orígenes la lucha por una educación pública y popular junto al conjunto de la docencia, además de haber reivindicado la condición de trabajadores de la educación para el conjunto de sus equipos de docentes. Su lucha y reclamo por salario, mejores condiciones de trabajo y financiamiento integral destacan la convicción de que el estado debe ser el garante universal de la educación pública.

La Unión de Trabajadores de la Educación por este medio saluda y adhiere a la conquista de salarios para todos los docentes de los bachilleratos populares, sabiendo que este es solo un primer paso por alcanzar mejores condiciones de trabajo para el conjunto de sus trabajadores y en consonancia con los reclamos llevados a cabo por nuestro gremio destinados a rechazar cualquier forma de precarización social y laboral.”
[5] Sverdlick y Costas, “Bachilleratos populares en empresas recuperadas y organizaciones sociales en Buenos Aires- Argentina ” en Movimientos sociales y derecho a la educación: cuatro estudios,   Fundación Laboratorio de Políticas Públicas,  Julio 2008, Buenos Aires.
[6] Elisalde, R, Estrategias y logros socioeducativos en los bachilleratos populares autogestionados para jóvenes y adultos, 2005. 
[7] Ampudia, Elisalde “Notas sobre la construcción de escuelas como organizaciones sociales”
[8] Moacir Gadotti, Escuela Pública Popular. Pág.128
[9] ídem
[10] ídem
[11] Antonio Gramsci, Alternativa Pedagógica
[12] Freire, Paulo, Pedagogía del Oprimido, 2003. pg. 91
[13] Peter Mc Laren, Pedagogía Crítica y cultura depredadora. Pg58
[14] Tomado de Movimientos sociales y escuelas populares de jóvenes y adultos. Notas sobre la construcción de un proyecto de educación popular.(Roberto Elisalde, Marina Ampudia. CEIP)
[15] Pág. 24. Paulo Freire, Pedagogía de la Autonomía
[16] Roberto Elisalde, El mundo del trabajo en la Argentina: control de la producción y resistencia obrera. Estudios sobre el archivo de la empresa Siam Di Tella (1935-1955). En Realidad económica, revista del instituto argentino para el desarrollo económico, nº 201, enero-febrero 2004
[17] concepto desarrollado por Karl Marx en El trabajo enajenado, parte de los Manuscritos
[18] concepto desarrollado en diversos trabajo de Michel Foucault (Microfísica del poder, Historia de la sexualidad, Vigilar y castigar)
[19] Concepto tomado por autores como Antonio Negri (Dominio y Saboteje), Gordon, Montgomery, etc.
[20] pág. 101 Pedagogía de la Autonomía
[21] Texto: ‘ Módulos del Bachillerato IMPA’ – Fundamentación del sistema semipresencial del Bachillerato Popular IMPA
[22] ídem anterior
[24] Ampudia, Marina. El sujeto de educación de jóvenes y adultos. Territorialización y desterritorialización de la periferia.
[25] Ibid.

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